Molino de los Diezmos
Uno de los edificios más emblemáticos de la localidad es el Molino de los Diezmos o Casa de la Cilla, una construcción andaluza propia del siglo XVIII cuya finalidad era la de ser un centro de recolección de impuestos como los diezmos o primicias. En su fachada principal encontramos un grabado en piedra, que fecha la construcción del inmueble en 1771 de la mano del Cabildo de las Iglesias de Sevilla, así como un azulejo con el emblema de la diócesis hispalense. Con las desamortizaciones de 1835 se empiezan a poner en venta todos los bienes pertenecientes a la Iglesia, entre ellas el Molino, que en 1875 es sacado a subasta. Desde 1878 pertenece a una pequeña empresa familiar de aceitunas que lleva cinco generaciones produciendo aceite y que combinan las técnicas tradicionales de elaboración con los avances tecnológicos de la actualidad. Edificio de planta rectangular con una portada de sillería labrada con molduras geométricas en forma de arco y un interior formado por grandes naves con muros de carga y cubiertas de artesonado.