Es un edificio religioso de carácter renacentista-barroco construido en 1614 de la mano de maestros prestigiosos como Hernán Ruiz II, Pablo Legot y Alejo Fernández Alemán. Esta prolongación en el tiempo de su edificación se debe a los terremotos que azotaron la localidad en 1636 y 1755. De planta en cruz griega, la portada enmarcada por columnas y frontón triangular y su Retablo Mayor pertenecen a la arquitectura barroca. Hasta 1628, la advocación del templo hacía referencia a Santa María de la Victoria, pero a partir de 1633 cambió de nombre por el que mantiene actualmente. En su interior, se conserva el retablo mayor, que consta de lienzos en representación de la Anunciación, Presentación, Visitación, Transfiguración, Epifanía y Adoración de los Pastores. También destaca la imagen del Santo Cristo de la Antigua que es objeto de veneración en la ermita del Castillo. Esta composición pictórica tuvo que ser desmontada tras los daños sufridos por el terremoto de Lisboa, que provocaron que el templo estuviese cerrado hasta 1963. Destaca también la tabla flamenca atribuida a Alejo Fernández Alemán, que representa el abrazo de San Joaquín y Santa Ana.